jueves, 10 de abril de 2008

El abc


See how many a pretty thing
I always from the cube can bring:
Chair and sofa, bench and table,
Desk to write at when I’m able,
All the household furniture,
Even baby’s bed I’m sure;
Not a few such things I see;
Stove and sideboard here can be.
Many things, both old and new,
My dear cube brings into view;
So my cube much pleases me,
Because through is so much I see,
It is a little world. (Downs 16)


Este es un poema que he recogido de un libro que trata de la bauhaus y la teoría del diseño. En el se habla de crear una especie de alfabeto que sirva de base para un lenguaje gráfico que estuviese basado en la intuición y no en la cultura como el lenguaje común (la palabra caballo recibe su significado por la tradición cultural y no por la palabra en sí). Para que se entienda mejor, en el lenguaje gráfico la palabra caballo tendría un significado más próximo a cebolla o cabello que a asno o mula.

Para crear ese lenguaje empieza a rayar con temas del psicoanálisis y las impresiones que causan las imágenes sin condicionantes culturales… Como bien se ha comentado “La percepción de lo que cada persona entiende por “arte” viene determinada por su entorno, sus experiencias personales, su nivel de vida, y un sinfín de condicionantes, donde tristemente lo que mas influye es la opinión de los notables (los tipos listos)” por tanto concluyo con lo difícil que sería establecer un lenguaje universal en este sentido.

Relacionado con el cubo del poema; estamos hartos de ver mesas cuadradas, sillas cuadradas, sillones que son cubos, armarios por módulos que son cubos, electrodomésticos que son cubos, incluso habitaciones donde el mobiliario forma un conjunto en el que parece que todas las piezas son cubos que acaban de encajar… ¿estamos faltos de ideas y por eso se recurre a la utilización de formas cúbicas? O por el contrario ¿reconocemos que las formas sencillas son más estéticas?

domingo, 6 de abril de 2008

“Los Dones y Ocupaciones”

“Froebel proporciona lo básico a los niños: esferas, cubos y formas interrelacionadas. Todo niño hace una pelota la primera vez que tiene un material maleable en las manos…” Helene Nonne-Schmidt

Si hay algo de lo que nos olvidamos de nuestra infancia en la guardería es de los puntitos que debíamos unir para formar palitos derechos y del punzón. Ahora con unos añitos más nos preguntamos ¿cómo dejaban en nuestras manos un instrumento tan peligroso?...

De pequeños todos en mayor o menor medida llevábamos un creador dentro, pasábamos unas cinco horas diarias más o menos rodeados de formas geométricas exactas, lápices, pinturas y plastilina, parecía que nuestro único deber era el de artistas a los seis años. ¿Y qué pasó después? Supongamos que a la tierna edad de once años aparece el primer genio pintor de la case, sí, ese que de repente te dibujaba a la profesora cómo si de una persona real se tratase, era capaz de dibujar unos ojos reales, una boca real, unas orejas perfectas… tanto que reconocías de quién se trataba. A partir de ahí comienza la selección natural: sólo aquellos capaces de ser realistas en sus dibujos seguirán pintando y los demás…¿los demás qué? Los demás por culpa de la frustración que suponen las comparaciones abandonarán las artes para dedicarse a estudiarlas, razonarlas, subestimarlas, sobreestimarlas o ignorarlas.

Los kindergarten proponían una manera de “adoctrinar” a los niños desde los dos meses hasta los seis años para que en un futuro fuesen dignos portadores de cultura. ¿Pero no condicionaría eso enormemente a sus creaciones futuras? ¿Su desarrollo artístico no estaría tremendamente influido por sus recuerdos de la infancia y esto les impediría avanzar en nuevos campos? ¿o el hecho de tener unos conocimientos previos establecidos les hará tener ese camino avanzado y llegar a nuevos puntos? La realidad es que algunos hombres como Vassily Kandinsky y Le Courbusier fueron educados con los métodos Froebel de los kindergarten así que…opinen.